martes, 11 de junio de 2013

Andando...

Andando a diario entre tus besos, tus caricias, tus miradas y tus manos, me pierdo siempre en la locura de este amor, incansable, inagotable, exponencial y trascendente.

Me vuelvo loco a cada rato en las terapias de tus labios que no me besan nunca lo suficiente según mi adicción a tu sabor.

Me gana el sueño siempre con ganas mañosas de ir a la cama y sentir el juego de nuestros pies y la danza  de nuestras piernas en ritual de sueños.

Peregrino siempre... De tus caderas, tus cabellos, tu cara y tus piernas que nunca terminan, que no me dejan respirar si comienzo a tocarlas.


Ando entonces aquí, conjugado en tu presente, viviendo intensamente de tus valles encantados, de tus lagos tibios y tus canciones que me arrullan para siempre.

Andando estoy... En ti, en mi, en nosotros.

He de haber muerto sin darme cuenta y perdido estoy con la mejor disposición, entregado ya sin retorno posible... En este paraíso, el del olor de tus cabellos cada noche, el de tu tibio cuerpo cada mañana que me niega andar a trabajar, de tus comidas cada día, de tus sonidos, de tu adictiva piel por las noches, de tus caricias que me lanzas con miradas.

Andando estoy, sumergido en este espacio donde hemos elegido converger para ser los más felices.

Andando estoy, tan tuyo como nunca, tan mío como tuyo, tan enamorado y volátil de tus besos.

Andando estoy, estas olas juntos que nos repliegan y nos extienden para ser cada día... Mejores olas, mejores orillas, mejores todos, de carne, hueso y energía.

domingo, 24 de marzo de 2013

Brújula maestra

Soy de tu boca brújula maestra...
Apuntando siempre al norte, tu cerebro.
Apuntando en ocasiones hacia el sur, tu corazón.

Soy tripulante incierto de las aguas que me llevan siempre a tus caderas.
Angustiado marinero de no vislumbrar tierra por tu interés a tantas cosas.
Afortunado vigía que se encuentra con tus pechos desnudos.

Escultor de letras con mis manos, ideas con mis ojos y silencios con mi voz.

Soy de tu boca, brújula maestra, movimientos como olas en el mar de tu saliva.
Soy de tu boca, brújula maestra.

jueves, 21 de marzo de 2013

Desnudo...

Desnudo de mi cuerpo a veces, me marcho de la habitación, para explorar el universo que hay guardado en tus ojos, explotando cada vez que por instinto y mandato acudo a tus pupilas.

Desnudo de todo me estremezco, agarro fuerzas de mis pasos invisibles para volar, comer de tus vientos, alimentarme de tu aliento y regresar, fresco y ansioso por tocarte, abrazarte y no hacer nada, más que esperar tu cansado suspiro que me pide libertad de brazos caprichosos.

Desnudo del miedo, siento impresionante la gracia de este amor que te tengo, que parece devoción, adoración y muchas cosas más cuando te miro y no me canso, cuando te escucho murmurando ruidos en la cocina, en la habitación, en mi pecho.

Desnudo de mi piel, aparezco de repente en tus sueños, hecho rayos de luz, de sol y sombra, polvo de los muebles que tocas mientras recuerdas, imágenes incansables para mencionarme de alguna forma en tu historia.

Desnudo de cada paso que doy, acaricio tu espalda, balanceándome por tus hombros y corriendo hasta tus laderas que me inundan de pasión y enloquecidas ganas.

Desnudo entre los días y las noches, vagabundo de las preocupaciones y mendigo de nada, vuelvo a casa para verte, observarte y renacer, entregado en versiones diferentes cada tarde, para alimentarnos mutuamente de estas lineas que pintamos en el libro que vamos armando juntos.

Desnudo de ti, aventurero de mi, expreso de media noche y ave matutina que busca alimento, soy este líquido que pinta sueños entre pensamientos y verdades.

Desnudo de idealización me vuelvo ciego, arrogante enorgullecido de tenerte ya conmigo, materializada y santa, entusiasta de mis victorias y admirada bandera de logros.

Desnudo entonces, así, como cuando llegué a este mundo, me marcharé algún día, lleno de todo, vacío de nada, completo de lo aprendido en tu mirada, completo.

Comenzar...

Generalmente es complicado iniciar un proyecto, una toma de decisiones, algo, al menos para mi.

Comenzar implica pensar demasiado, nada fácil para una mente hiperactiva que en complicidad con una imaginación volátil me vuelven presa, de miles y miles de opciones, posibilidades, sueños, viajes, vuelos y demás.

Sin que se vuelva queja, solo resalto en esta ocasión la parte obscura de tan grato don... El don de imaginar, volar en pensamientos, dejar que millones de impulsos eléctricos en mi cerebro hagan lo que se les antoje para virtualizar en la pantalla de proyección que llevo incrustada desde siempre en mi interior, miles de imágenes que me atrapan.

En fin, por esto, creo yo, tal vez a manera de justificación que siempre me resulta un tanto complicado el comienzo, trato de entender o al menos visualizar toda la gama de opciones posibles en cualquier situación, diría que he vivido ya miles de vidas diferentes en este ejercicio de imaginar, pues en cada toma de decisiones  invariablemente mi viciada imaginación toma las riendas para volar y derrochar sus recursos en imágenes, frases, pensamientos, sentimientos y demás.

Pero bueno, aquí vamos, ya pasando la barrera del comienzo, con la primer publicación de una de mis más grandes pasiones... Escribir.

No sé exactamente cuando comenzó este placer mío por la escritura, sólo sé que hoy es uno de mis tesoros personales, una de mis mas refrescantes fuentes de energía.

Escribir me resulta siempre fantástico, es la manera más sana creo yo, en la que mi cuerpo, mente y espíritu se dejan fluir a través de mis dedos.

Generalmente mi escritura es improvisada, pienso muchas frases, a veces trato de unirlas e invento fragmentos de un texto que sería genial plasmar, pero a la hora de sentarme a escribir, algo mágico, raro y extraordinario ocurre. Entro en un trance homogeneo, entre mente, imaginación coordinación y destreza, rico la verdad....  Me voy.

Escribo improvisadamente una palabra tras otra, formulo las ideas como en un carrusel, van saliendo cómo producción en serie, eso si, con la intensión siempre de formar un "algo" más completo.

Casi siempre he de confesar, me gusta lo que sale de mis manos, lo que escribo me resulta reconfortante, desahogado, pacífico, lindo, a veces triste, pero siempre me deja satisfecho.

Algunas veces leo el texto antes de publicar, pocas veces hago cambios y si no está de mi gusto, lo dejo ahí  sin terminar y pocas veces lo publico si no me late.

A manera de capricho, o tal vez por miedo a reconocer errores, digo yo que no sigo muchas reglas de la escritura como dicta el diccionario o la lingüistica, pero la verdad me agrada mucho la forma en que mis lineas, mis letras al salir del horno, se ven igualitas a los colores que imaginé mientras se cocinaban.

En fin, comienza pues, esta aventura en un sitio nuevo, con colores, ideas, edad, mente, manos, dedos y educación nuev@s. Ya que, seguro estoy  que hoy soy alguien nuevo, con una mejor versión de si mismo.

Bienvenidos sean los lectores a este blog que nace de nada más mío que la pasión por escribir.