Indecentes labios que me inspiran descaradamente a besarlos... Y al tiempo se refugian en tu rostro que domina la distancia que me impide encontrarlos solos, libres y dispuestos a mi sed de complacer la insinuación de su carnosa, delicada, suave y extraordinaria belleza.
Indecentes labios que atrapado me tienen, detenido ahí mirándolos siempre cuando hablas, cuando ríes, cuando de a poco me besas para dejarme así... Queriendo más y más...
Indecentes labios los tuyos que de besos me hipnotizan y palabras me acarician... Para hacerme saber lo mucho que te deseo en carne, risas y palabras. Para sentir la muerte imaginando que te pierdo, me pierdes, nos perdemos...
Indecentes y radiantes labios caprichosos... Que me tienen todo sin reservas, encantado y sorprendido... Del poder que tienes sobre mi piel y mis desnudos sentidos que te merecen... Nos merecen.